Archivos de la categoría ‘Antropología’

Hay un cascarón grande, de superficie áspera e interior maloliente a donde los cobardes machitos de todos los siglos de los siglos se van a refugiar para nunca reconocer sus prácticas machistas abusivas, ni sus errores, nunca pedir perdón y nunca jamás enfrentar a una mujer empoderada y segura de su causa. Ese es uno de los privilegios masculinos: tener ese cascarón para esconderse cuando las cosas se calientan. O detrás de la falda de la mamá. O de otras mujeres.

Ahí van los que golpean a las mujeres y después le huyen a la policía o le ruegan al fiscal que no los metan a la cárcel que él nunca ”hizo nada”, ahí vá el que engendró un hijo y luego prefiere perderse y hacer así ”aborto” de hombre para no responder por el pelaito o pelaíta, ahí corre Trump cuando dice que lo que dijo era una ”charla entre amigos” y ”charla de camerino”, ahí corre el novio que le es infiel a la novia y en la cama le cuenta a la amante que es que él cree en el amor libre (él sí pero la novia nó) y nunca le reconoce a su novia sus más profundos pensamientos filosóficos sobre el amor y de paso que ya lo ha practicado, y ahí corre el izquierdoso que en la organización bloquea un comunicado de mujeres que exige más representación femenina en espacios de decisión pero no se atreve a reconocer o pedir excusas por haberlo hecho por la espalda y saltándose las reglas establecidas. Es decir, por haber usado sus privilegios.

Me he encontrado en experiencias propias con dos de los tipos descritos (además de Trump con el que todas las mujeres del planeta, o al menos las que tenemos TV e internet nos hemos dado duro en la frente). El más reciente es el izquierdoso, el bloqueador de comunicados.

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Autonomía y Poderío de la mujer

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Artículo que escribí sobre las campañas del SI en Colombia frente al plebiscito próximo. Publicado en Palabras Al Márgen.

Una campaña del SÍ que resista a la política de amnesia que se plantea desde el Estado, que exponga la responsabilidad del Estado y la señale, que defienda el SÍ como una manera de darle una oportunidad al Estado y sus élites de verdaderamente demostrar que pueden convivir con gente que piensa diferente es una campaña que educaría en la reconciliación, en la transformación de nuestra relación con el alzado en armas y nuestra redefinición como sociedad civil frente al Estado que durante muchos años le ha negado derechos humanos, sociales y políticos a su población.

El artículo completo aquí.

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Fuente de la imagen: http://www.heavens.com.ar

 

 

Las brujas de Angola

Publicado: 26 enero 2016 en Antropología, Mujeres, Mundo

Una de las formas más interesantes de conocer un país es a través de sus mitos y leyendas. Decía Lévi Strauss que se podía encontrar una estructura en los mitos y leyendas de la humanidad, que esas histórias fantásticas que unos y otros contaban en diversas culturas, era nuestro idioma universal. En esas ansiedades narradas era que podíamos rastrear nuestra humanidad en común a través de las diversas culturas.

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En camino entre los Gambos y Lubango se encuentran varias de estas «chimpacas», pozos de agua lluvia donde la gente se baña, los niños juegan, lavan la ropa, la losa. Hacía 6 años no llovía, y la semana pasada llovió. Las chimpacas se llenaron.

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Collecting memory and loss

Publicado: 11 julio 2014 en Antropología, Memoria

Este es un texto que escribí para un curso de verano que realicé en la Universidad de Estocolmo sobre Antropología y Museología, donde analizamos el coleccionar y exhibir como acciones significativas. The Anthropology of Collecting. Que también es pues un campo de estudio. (Creo que eso es lo que más me gusta de mi disciplina… no tiene fin. Toda área de la acción humana es sujeta a estudio).

La antropología y los museos han estado muy ligados desde inicios de la misma como una disciplina académica colonialista, donde los (sobre todo hombres) eran enviados por los poderes coloniales para estudiar a los pueblos colonizados. Al regresar, no muy rara vez volvían con muchos objetos de esas culturas; vasijas, tejidos, instrumentos etc, que después en Europa eran exhibidos para contemplar esos mundos desconocidos. Los objetos adquirían el rol de representar culturas enteras. Una máscara de algún pueblo africano se convertía para muchos espectadores, en un símbolo de el pueblo entero. Así mismo los objetos cambian de signficados durante el traslado de un lado a otro. Esa máscara ritual, usada en contextos específicos, se convertía en una pieza de museo y algunas veces en representante del «arte primitivo». Y esto de «primitivo» acompañó los objetos del nuevo mundo o del Sur (y aún lo hace en los imaginarios de los europeos sobre el mundo). En los museos antropológicos de inicios del S. XX estos objetos eran exhibidos en líneas del tiempo, que marcarían la fase de evolución en la que se encontraba cada pueblo respecto a Europa, que claro, representaba lo más evoluído. La civilización. De esta manera, los pueblos colonialistas europeos construían su propia identidad frente al otro, primitivo y colonizado. Los museos fueron pues artefactos importantes en la construcción de la identidad colectiva de los Estados-nación.

Los estudios antropológicos sobre las colecciones son hoy riquísimos y se extienden ya no sólo a mirar los museos antropológicos, sino también los museos de arte, las colecciones de estampillas, exhibiciones de todo tipo. El profesor Paul Van der Grijp, de la Universidad de Lyon, y quien estuvo a cargo del curso, estudia por ejemplo los coleccionistas de arte llamado «high art», es decir el arte caro, aquellos que van buscando Rembrandts y demás. Van der Grijp ha hecho por tanto trabajo etnográfico con estos coleccionistas que en su mayoría son hombres (en el top de los ricos más ricos, la gran mayoría son hombres). Algunos de sus libros son: Passion and Profit: Towards an Anthropology of Collecting y Art and Exoticism: An Antrhopology of the Yearning for Authenticity. 

Mi interés en hacer el curso, iba no entanto por otro lado. Los museos son también espacios de memoria. Son lugares donde almacenamos, clasificamos y ordenamos objetos que nos cuentan algo sobre cosas que pasaron. Y en este sentido, he analizado los espacios que las asociaciones de víctimas de desaparecidos han creado para rememorar a sus familiares. Las denominadas Galerías de la Memoria y espacios como el Museo de la Memoria en Trujillo (Valle) son ejemplos de estos espacios donde se exhiben objetos (muchas veces fotos) y que forman parte de una estrategia política y de organización contra el terrorismo y la violencia por parte del Estado.

Exposición de la galería de la memoria en Medellín

Exposición de la galería de la memoria en Medellín

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Esta es en realidad una entrada que debió haber sido puesta mucho antes, pero que por diferentes causas, y sobre todo por mi propia necesidad de distanciarme del tema para procesar tanta violencia encontrada en el trabajo de campo, dejé de hacerlo intencionalmente.

Esta investigación se enmarcó en el proyecto «Institucionalización de la Política Pública de Lucha Contra la Violencia Contra las Mujeres» implementado por la Alcaldía de Cali (varias dependencias) y financiado por AECID.  En este proyecto fuí la investigadora principal para realizar un diagnóstico sobre la situación de las mujeres víctimas de VBG en las Comisarías de Familia de Cali, que son regidas por la Secretaría de Gobierno.

Este es un estudio antropológico y no meramente jurídico. Se trata de una visión antropológica a los discursos de la Ley y cómo la cultura atraviesa la aplicación de la ley en temas que son de órden eminentemente histórico-culturales, como la violencia de género. Además de estudiar el discurso de la ley, no como un discurso objetivo sino enmarcado en unas relaciones de poder existentes en la sociedad (discurso de poder), también entro a realizar observaciones en los ámbitos de aplicabilidad de la ley. Es así como inicio un trabajo de campo en seis de las diez Comisarías de Familia de Cali, utilizando el clásico método antropológico de la Observación Participante. El recinto de las Comisarías se convierte entonces en mi trabajo de campo. Este espacio es habitado por funcionarios y funcionarias de distintas disciplinas (trabajadorxs sociales, psicólogxs, abogadxs) que juntos deben aplicar las leyes en cuanto a protección de individuos víctimas de «violencia intrafamiliar». Es en este espacio donde se encuentran con caleños y caleñas de todos los estratos sociales, que ante un representante del Estado (local), develan sus más íntimas inquietudes, conflictos y violencias. Qué sucede en este encuentro? Cómo se llega hasta aquí? Por qué? Qué esperan unos y otros/as (funcionarios/as y ciudadanía) de este encuentro? Cómo hace su aparición la violencia de género en este espacio? Cómo se recibe? Es posible para una mujer víctima de violencia de género al interior de la familia obtener la protección a la que tiene derecho por ley? Qué factores inciden en la decisión tomada por los y las comisarias de familia en los casos de violencia de género?

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La salsa en discusión

Publicado: 25 febrero 2013 en Antropología, Culturales, Libros

En los años 70s, cuando mi papá era un muchacho y vivía en el barrio Puerto Mallarino de Cali, uno de los barrios populares obreros de esa época situado a orillas del río Cauca, ocurría que de vez en cuando se le volaba a mi abuelo junto con mi tío (su hermano menor) para ir a bailar salsa a los ranchos de Juanchito – del puente pa’allá– entre la población mayoritariamente negra que residía allí. Fué así como aprendió a bailar a lo juanchito, brincadito. Si mi abuelo lo hubiera pillado le hubiera dado una muenda. Si hubiesen sido sus hermanas las que se volaran las hubieran desheredado de lo poco que les podían dejar… de tal forma que las mujeres nunca se atrevieron a semejante gracia. Yo como mujer en otra época corrí con otra suerte, y mi propio padre fué mi maestro de baile de salsa, clases espontáneas que ocurrian en las fiestas familiares desde que tengo uso de razón. De tal manera la salsa siempre ha estado presente en mi vida y ha significado no sólo fiesta y feria sino sobre todo historias, memorias y nostalgias.

La música como expresión cultural tiene una capacidad impresionante para portar significados, pensamientos, ideas, sentires. Alguien decía que la música es «más importante que la literatura», y bién puede ser así, pues la música es más accequible que la literatura, no hace falta aprender a leer y a escribir o tener una educación formal para degustar de ella (aunque cierto tipo de música se considere ser para oídos adiestrados – como la música clásica, existe siempre la posibilidad de que alguien no adiestrado la disfrute, cosa que no sucede con el analfabeto y un texto. Aunque esta concepción de la música clásica como una música más «inteligente» pueda ser expresión de un sesgo clasista y racista que hemos heredado, pero esa es otra discusión), está más al alcance de todos y todas. En ese sentido, es más democrática. Se puede producir música con una lata, con un palo, se pueden contar historias en melodía y al penetrar por los oídos [y por todos los poros si se quiere] puede producir otra expresión cultural: la danza.

La música salsa como expresión cultural nació en nuestro lado del mundo, el continente americano, pero bajo circunstancias peculiares: apoyada en ritmos afrocaribeños entremezclados por los músicos del Caribe que habitaban la gran olla latina de los barrios de Nueva York. Como comunidad con referentes culturales muy parecidos, en esta olla se cocinaron nuevos sonidos, nuevas claves, nuevas formas de tocar los timbales, nuevas formas de cantar los coros etc.  Las fechas varían de autor a autor, pero todos coinciden en que en los años 60s se estaba produciendo salsa en Nueva York, como resultado de orquestas puertorriqueñas que contrataban cubanos, u orquestas cubanas que contrataban puertorriqueños, a eso anéxele los panameños, venezolanos, colombianos etc que aportaban con su bagaje cultural a la cocina de esta nueva expresión que no es son, ni chachachá, ni guaracha, ni danzón… es salsa.

Cali, aunque no es ciudad caribeña se vió sumamente «afectada» con todo este movimiento cultural ocurrido en Nueva York. Ubicada entre plantaciones de caña, con una gran cantidad de población negra en la ciudad y alrededor de ella y por ende la influencia cultural afrocolombiana, las condiciones estaban dadas para que la salsa diera fruto aquí. Y se le abrazó con gran amor… aunque nó por todos. Sobre todo, la juventud caleña de los años 60s y 70s acogieron el sonido de la salsa con esperanza de que podían haber otras formas de expresarse que no fuera el «sonido paisa», nombre que abarcaba la tradicional «música colombiana», acumbiada de orquestas en boga en esos años como Los Graduados y Los Hispanos y que hoy por hoy siguen siendo clásicos en muchas fiestas.

En 1971, Andrés Caicedo, aquél brillante escritor jóven caleño que ambientó su última novela, hoy un clásico, «Que viva la música!» en la Cali de los años 70s, escribió unos afiches que él mismo pegó en los muros de la ciudad:

» EL PUEBLO DE CALI RECHAZA a los Graduados, los Hispanos, y demás cultores del sonido paisa, hecho a la medida de la burguesía, de su vulgradidad. Porque no se trata de «Sufrir me tocó en esta vida», sino de «Agúzate que te están velando». Viva el sentimiento afrocubano! Viva Puerto Rico Libre! Ricardo Ray nos hace falta»

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Terrorismo cultural

Publicado: 19 junio 2012 en Antropología, Libros

En el verano del año pasado Anders Breivik, extremista de derecha noruego de 32 años, asesinó a 77 personas, 41 de ellas mujeres, en la isla de Utöya. Además detonó también una bomba en el centro de Oslo. Las reacciones inmediatas tanto en Noruega como en el vecino Suécia, fueron de que se debía tratar de «islamistas». Esas reacciones venían sobre todo de los grupos de derecha (neoliberales y demás) y extrema derecha. Poco después se conoció que quien estaba detrás de este monstruoso acto venía justamente inspirado por ese lado del espectro político europeo.

Desde entonces se viene estudiando el manifiesto de Breivik, que escribió y envió poco antes de estos atentados, donde proclama que Europa desde los años 60s se izquierdizó y  «feminizó», se declara en contra de los «marxistas culturales», de los izquierdistas que le han abierto la puerta a tanto inmigrante, sobre todo a inmigrantes musulmanes cuyo objetivo sería «islamizar a Europa».  Breivik se vé a sí mismo como un «salvador de Europa», de «Noruega» y que la civilización europea se lo agradecerá en un futuro. Por eso no se arrepiente de haberle quitado la vida a esos 77 jóvenes noruegos y noruegas del partido socialdemócrata, que se reunían en un congreso de verano. Estos jóvenes representaban a esos hombres y mujeres «izquierdosos/as» que habían abierto a Europa a la inmigración. Ellos debían pagar por el pecado de no haber salvaguardado la «pureza» de la cultura noruega.

Estas ideas lamentablemente están tomando muchísima fuerza desde hace un rato largo en Europa. En toda la península escandinava ya hay partidos herederos de ideas nazis en los parlamentos elegidos popularmente. En Francia, el Frente Nacional, también de extrema derecha, obtuvo nada más y nada menos que el 17% en las elecciones pasadas, ubicándose como tercera fuerza política. A cuánto le apuntan para las próximas elecciones?

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La ICESI en Cali es la única universidad en la ciudad con un programa de Antropología. Y ahora además cuenta también con un diplomado en Antropología Visual.

El jueves pasado el programa de Antropología de la Universidad realizó un evento sobre Antropología Visual y lo primero que noté al llegar a la Universidad es que ni los estudiantes ni los profesores saben donde quedan sus auditorios…

Pero bueno. Una vez encontrado el auditorio, las ponencias fueron interesantes. Unas más que otras.

Como la de Jesús Martín Barbero.

Jesús Martín Barbero en el ICESI

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Una antropóloga no deja de ser antropóloga ni siquiera al parir.

Hace tres semanas dí a luz a una niña sana, perfecta y hermosa. Fué la culminación de una experiencia a la cuál sólo mujeres tienen acceso: la gestación. Ese es un hecho biológico, sólo las mujeres tenemos el cuerpo necesario para llevar un ser humano en el vientre. Sin embargo no por eso considero que el fin de una mujer sea ser madre. De hecho, yo jamás hubiera siquiera considerado ser madre de no ser porque mi compañero es un parcero de lleno en este proyecto que es de por vida. De no ser porque es un proyecto en equipo mejor no me hubiera complicado la vida de esta forma, porque tener un hijo no es sólo color de rosa, implica demasiada responsabilidad y energía para no derrumbarse uno mismo en el intento.

En todo caso, como este embarazo fué planeado y pensado me tomé también el tiempo de leer sobre lo que ocurría en mi cuerpo. Qué pasa mientras estoy embarazada? Qué debo hacer y nó hacer? Cómo voy a prepararme para dar a luz? Qué es dar a luz?

Una semana antes de parir. /Foto: Manuel Salinas

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La Tertulia

Publicado: 22 agosto 2011 en Antropología, Culturales

Una de las cosas para hacer un domingo en Cali, recomendado es ir a la cinemateca La Tertulia, en el barrio el Peñón, al lado del río Cali. Todos los domingos a las 4:00 pm presentan una película de cinearte que con seguridad no va a hallar en un cine comercial. Y a sólo 5000 pesos la boleta. Hace 15 días fuí a ver «Soul Kitchen», una película alemana divertida que trataba el tema de la realización de los sueños, de los proyectos de vida. Dos hermanos griegos en Hamburgo con distintas vidas y perspectivas se encuentran sacando adelante un restaurante, contra viento y marea.

Hoy la película fué de otro estilo. «Terras» es una producción brasilera dirigida por Maya Da-Rin. Es un documental desde la frontera triple de Perú, Colombia y Brasil, filmada mayoritariamente en Leticia y Tabatinga. Una perspectiva local sobre el concepto de «frontera». «La frontera nos hace menos libres a unos», cuenta un taxista en Leticia que además advierte que casi el 50% de la población de Leticia no es de ahí, sinó son paisas o costeños. Una indígena Ticuna cuenta en español enredado con portugués la historia de un indígena Makuna que al llegar a la frontera con Brasil y querer pasar para ver a sus familiares le preguntaron que él «qué era?, peruano, colombiano, ecuatoriano, qué?». A lo cual él contestó: «Soy Makuna». Los agentes de policía se molestaron e insistieron en la nacionalidad y en sus papeles! El indígena Makuna, que además les informó que era médico indígena, no le fué permitido pasar a Brasil a visitar a sus parientes.

Las fronteras son un tema que siempre han llamado la atención de los antropólogos. Ellas son normalmente imaginarias, creadas en nuestro mundo cultural y hablan de nuestra visión del mundo. Pero no por ser imaginarias dejan de ser altamente reales con consecuencias muy concretas para nosotros. Para el ser humano es esencial crear orden en un mundo caótico. Creamos fronteras entre nosotros mismos para demarcar aquellos que pertenecen a «nuestro» grupo y aquellos que nó. Una anécdota de un antropólogo inglés que estudiaba la subcultura del punk en Londrés, y por lo tanto convivió con los punk, se vistió como ellos, aprendió a hablar como ellos y comprender que «ellos» se sentían «fuera» de la sociedad en general que quería que «ellos» fueran de «cierta» forma. La mainstream, la común y corriente, vistiendo y actuando como los «demás». Al llegar un día a una fiesta punk vestido de frack fué no obstante pedido abandonar el lugar porque ahí no se debía entrar con frack. Las reglas creadas por los punk para demarcar una frontera con la sociedad de los «comunes y corrientes» no permitían tampoco mucha libertad para ser diferente. Justamente de lo que se quejaban!  «La frontera nos hace menos libres a unos», como decía el taxista en Leticia.

Las fronteras entre países son también imaginarias. Como dice la indígena Ticuna: «para nosotros el Dios es la tierra, el sol, el aire. Así que dividir la tierra, en esta tierra es tuya y esta es mía, no se puede. Usted divide su brazo? Usted divide su pierna? Usted divide su madre y dice: esto pa’ tí y esto pa’mí?».

En esta zona amazónica las fronteras no sólo son limítrofes de países, ahí conviven muchas otras: la frontera entre el indígena y su cultura y el «blanco» o colonizado y la suya. «Nos estamos norteamericanizando» – dice un taxista. La frontera de la economía legal y la ilegal. Las creencias milenarias y las nuevas. El asfalto y la selva. El real y el peso. El español y el portugués. Todo en un mar de selva con líneas imaginarias e historias para ser contadas a través de las fronteras. Pero las fronteras no se quedan quietas. Los productos y la gente viajan entre los países, la gente se casa y se reproduce derribando las barreras étnicas y de nacionalidad. Todo fluctúa por los rios que atraviesan esta triple frontera. Creando quizás nuevas? O borrando las viejas?

Al salir de La Tertulia coincidencialmente se escuchaba el son de un berimbao, el instrumento rey de la capoeira y un portugués que rezaba: «não sei o que fazer, para viver nesse mundo, se andar limpo é malandro, se andar sujo é imundo».  Un pedacito de cultura e historia negra y brasilera que ha traspasado muchas fronteras y ha puesto a cantar en portugués gente que no habla ni una palabra del idioma normalmente.

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