Archivos para febrero, 2013

La salsa en discusión

Publicado: 25 febrero 2013 en Antropología, Culturales, Libros

En los años 70s, cuando mi papá era un muchacho y vivía en el barrio Puerto Mallarino de Cali, uno de los barrios populares obreros de esa época situado a orillas del río Cauca, ocurría que de vez en cuando se le volaba a mi abuelo junto con mi tío (su hermano menor) para ir a bailar salsa a los ranchos de Juanchito – del puente pa’allá– entre la población mayoritariamente negra que residía allí. Fué así como aprendió a bailar a lo juanchito, brincadito. Si mi abuelo lo hubiera pillado le hubiera dado una muenda. Si hubiesen sido sus hermanas las que se volaran las hubieran desheredado de lo poco que les podían dejar… de tal forma que las mujeres nunca se atrevieron a semejante gracia. Yo como mujer en otra época corrí con otra suerte, y mi propio padre fué mi maestro de baile de salsa, clases espontáneas que ocurrian en las fiestas familiares desde que tengo uso de razón. De tal manera la salsa siempre ha estado presente en mi vida y ha significado no sólo fiesta y feria sino sobre todo historias, memorias y nostalgias.

La música como expresión cultural tiene una capacidad impresionante para portar significados, pensamientos, ideas, sentires. Alguien decía que la música es «más importante que la literatura», y bién puede ser así, pues la música es más accequible que la literatura, no hace falta aprender a leer y a escribir o tener una educación formal para degustar de ella (aunque cierto tipo de música se considere ser para oídos adiestrados – como la música clásica, existe siempre la posibilidad de que alguien no adiestrado la disfrute, cosa que no sucede con el analfabeto y un texto. Aunque esta concepción de la música clásica como una música más «inteligente» pueda ser expresión de un sesgo clasista y racista que hemos heredado, pero esa es otra discusión), está más al alcance de todos y todas. En ese sentido, es más democrática. Se puede producir música con una lata, con un palo, se pueden contar historias en melodía y al penetrar por los oídos [y por todos los poros si se quiere] puede producir otra expresión cultural: la danza.

La música salsa como expresión cultural nació en nuestro lado del mundo, el continente americano, pero bajo circunstancias peculiares: apoyada en ritmos afrocaribeños entremezclados por los músicos del Caribe que habitaban la gran olla latina de los barrios de Nueva York. Como comunidad con referentes culturales muy parecidos, en esta olla se cocinaron nuevos sonidos, nuevas claves, nuevas formas de tocar los timbales, nuevas formas de cantar los coros etc.  Las fechas varían de autor a autor, pero todos coinciden en que en los años 60s se estaba produciendo salsa en Nueva York, como resultado de orquestas puertorriqueñas que contrataban cubanos, u orquestas cubanas que contrataban puertorriqueños, a eso anéxele los panameños, venezolanos, colombianos etc que aportaban con su bagaje cultural a la cocina de esta nueva expresión que no es son, ni chachachá, ni guaracha, ni danzón… es salsa.

Cali, aunque no es ciudad caribeña se vió sumamente «afectada» con todo este movimiento cultural ocurrido en Nueva York. Ubicada entre plantaciones de caña, con una gran cantidad de población negra en la ciudad y alrededor de ella y por ende la influencia cultural afrocolombiana, las condiciones estaban dadas para que la salsa diera fruto aquí. Y se le abrazó con gran amor… aunque nó por todos. Sobre todo, la juventud caleña de los años 60s y 70s acogieron el sonido de la salsa con esperanza de que podían haber otras formas de expresarse que no fuera el «sonido paisa», nombre que abarcaba la tradicional «música colombiana», acumbiada de orquestas en boga en esos años como Los Graduados y Los Hispanos y que hoy por hoy siguen siendo clásicos en muchas fiestas.

En 1971, Andrés Caicedo, aquél brillante escritor jóven caleño que ambientó su última novela, hoy un clásico, «Que viva la música!» en la Cali de los años 70s, escribió unos afiches que él mismo pegó en los muros de la ciudad:

» EL PUEBLO DE CALI RECHAZA a los Graduados, los Hispanos, y demás cultores del sonido paisa, hecho a la medida de la burguesía, de su vulgradidad. Porque no se trata de «Sufrir me tocó en esta vida», sino de «Agúzate que te están velando». Viva el sentimiento afrocubano! Viva Puerto Rico Libre! Ricardo Ray nos hace falta»

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Hechos de paz

Publicado: 15 febrero 2013 en Política colombiana

Hoy la guerrilla de las FARC liberaron a dos policías que tenían retenidos (en el vocabulario guerrillero), secuestrados (en el vocabulario oficialista) desde el 25 de enero de este año en inmediaciones de Pradera (Valle). Fué una liberación rápida, por cuanto estos policías no estuvieron privados de su libertad ni un mes, a diferencia de épocas anteriores cuando podían durar años en el cautiverio guerrillero.

Esto nos lleva a una primera conclusión: las FARC saben que este tipo de actos son condenados duramente por la sociedad civil y que lo mejor era liberarlos lo antes posible. La gente del común no hace la diferencia entre si privan de la libertad a civiles o miembros de la fuerza pública. En primera instancia se podría concordar con las FARC que dado el carácter del conflicto y que durante estos tiempos de negociaciones de paz, el Gobierno es el que ha puesto la condición de negociar en medio de las balas, manteniendo la presión militar sobre la guerrilla, sería entonces apenas lógico que la guerrilla, por puro instinto de supervivencia y defensa propia, realice este tipo de operaciones. Y que incluso sea mejor que «retengan» a los miembros de la fuerza pública que caen en sus manos en vez de asesinarlos a mansalva. Hoy estos dos policías fueron entregados vivos y por lo que se conoce, en buen estado de salud. Esto sin duda, podría ser presentado ante la opinión pública como un acto de paz.

En el lugar de las liberaciones_ Foto por Lilia Solano

En el lugar de las liberaciones_ Foto por Lilia Solano

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Hace unos meses me pasaron unos casettes que me ayudarían en un proyecto que estoy realizando.  En uno de ellos por el lado B estaba marcado así: «Ùltima Asamblea Dionisio Sep./85».

Dionisio Hernán Calderón es toda una leyenda en Yumbo, Valle. Uno de los municipios más ricos no sólo del Valle sino de Colombia, asiento a grandes industrias, empresas extranjeras etc. Es el municipio industrial por excelencia del Valle. Y también cuna de un movimiento obrero que dió de qué hablar en Colombia. La naciente UP se nutrió mucho de las luchas obreras en este municipio y Dionisio fué uno de sus líderes locales. Pero ante todo, Dionisio es recordado por su actividad sindical.

Dionisio tomó las riendas del Sindicato de Trabajadores del Municipio de Yumbo (SintraMunicipio le llaman) en el año 1978 e intermitentemente fué su presidente hasta 1985, año en el que fué asesinado.

Este casette me lo pasó una persona que estuvo ese día escuchándolo. Era el 6 de septiembre de 1985. Dionisio sería asesinado el 28 de septiembre de ese año. Esta es la grabación de su discurso en la Asamablea frente al conjunto de trabajadores afiliados al SintraMunicipio. En la transcripción me dió un total de 5 páginas. Pero Dionisio no leía. Era un dirigente acostumbrado a hablar del corazón. Tenía las cifras y los discursos en la cabeza. Era un obrero, no un académico. Un obrero que se formó como dirigente en la intemperie; en la práctica. En la práctica que incluía exposición a las balas que venían de la policía, de los militares, del DAS, de los paramilitares. Eran épocas muy difíciles, que dejó secuelas que aún nos atormentan. Aquí resalto algunos apartes de lo que dijo en su última asamblea y que sigue vigente hoy día.

Dionisio en la Galería de la Memoria de Trujillo (Valle)

Dionisio en la Galería de la Memoria de Trujillo (Valle)

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Entradas retrasadas

Publicado: 5 febrero 2013 en Culturales

Esta es una de esas entradas retrasadas (tengo muchas) que de todas formas no quiero dejar en el baúl de las «ideas pasadas».

Antes de regresar de Cartagena, fuí a varias conferencias más. Aquí un comentario de dos:

La primera es la de Herta Müller, la premio nobel rumana que vino a Cartagena para un conversatorio y para recitar poesía en la Plaza de la Aduana – bajo un cielo precioso; en el mejor de los lugares para recitar.

Pero me voy a enfocar en el conversatorio que tuvo lugar el viernes 25 de enero en el Teatro Adolfo Mejía. Müller, residente en Berlín desde finales de los años 80, es una ferviente crítica del régimen del líder comunista Nikolaj Ceacescu que ocupó el poder entre 1969 y 1989.  Era una hora de conversatorio de los cuales 15 minutos muchos perdimos pues el idioma era alemán con traducción simultánea al español, pero los aparatos para la traducción demoraban para adquiriéndolos en colas que canjeaban estos por las cédulas. En fin, la conversación entre Müller y Philip Boehm (su traductor al inglés) dejó con un cierto sinsabor…

Herta Müller en el Teatro Adolfo Mejía de Cartagena

Herta Müller en el Teatro Adolfo Mejía de Cartagena

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