Nyamko Sabuni es una mujer nacida en Burundi que llegó a Suécia con su padre, como refugiados políticos. Hoy es la ministra de «Igualdad e Integración». Pertenece al partido liberal sueco, el llamado «Folkpartiet», traducido vendría siendo como «Partido del Pueblo». A medida que la temperatura va bajando para dar entrada al otoño, Nyamko se ha encargado de echarle leña al fuego y le subió la temperatura al debate sobre la inmigración de cara a las elecciones del 19 de septiembre. Ese día los suecos elegirémos un nuevo «Riksdag», osea Parlamento.
Nyamko se ha hecho conocer por sus propuestas agresivas contra los inmigrantes, y en especial por su aguerrida batalla contra el islam. A Nyamko le gusta prohibir e imponer. Quería prohibir manto en la cabeza a niñas menores de 15 años (osea las musulmanas, porque no creo que tuviera nada que ver con pañoletas). También quería imponer visita al ginecólogo a todas las niñas (pensando seguramente en las niñas musulmanas). A su partido le gusta prohibir e imponer, en temas de inmigración, porque de resto dicen que les gusta la «libertad». Una palabra bastante sin fondo cuando cae en la boca de los liberales suecos, o los nuestros también… Nyamko propuso la semana pasada que los inmigrantes no tuvieran las mismas reglas para poder estar en casa con sus hijos pequeños, como sí lo pueden hacer los suecos. Además opina que debe haber otro mercado de trabajo para los inmigrantes, uno con sueldos más bajos. Es para que les den trabajo, dice Nyamko. Porqué no de una vez decimos que este país es para los suecos (nacidos aquí? o suecos étnicos? puros suecos, con ambos padres suecos? que hablen sueco perfecto? ) y que el que venga esté dispuesto a lavar platos, limpiar las estaciones de tren y si por acaso les dan los mismos trabajos que los suecos, que lo hagan por menos sueldo, además que no puedan, como sus colegas suecos, quedarse en casa cuando sus hijos nazcan y estén pequeños.
Días antes el presidente del partido de Nyamko propuso que se debería prohibir que las profesoras en las escuelas tengan «burqa», el traje que las mujeres usan en Afghanistán. Que porque eso imposibilitaba el aprendizaje.
Cultura, tradiciones milenarias, formas de pensar, formas de vivir, identidad, raíces, conflictos étnicos, religiosos, historia, todo aquello quiere ser «corregido» por los liberales y por muchos en el sector de la derecha, algunos en la Socialdemocracia, y por los herederos nazis, el Partido Demócratas Suecos (SD), a punta de prohibiciones e imposiciones que simplemente revelan una ignorancia que dá pena ajena y un desprecio por gente de otras partes que no pueden disfrazar tras frases como : «es para que les den trabajo» «es que dificulta el aprendizaje» «es para mejorar la integración».
Nyamko opina que hay que ser un poco «inconvencionales» para solucionar problemas de integración. Bastante «inconvencional» resultó la ministra que nombró como secretario en el Departamento de Integración a un Henrik Emilsson, que en su blog escribió: «El islam es como el comunismo o el nacismo, no hay buenas personas ahí, sólo confundidos o malos». A Emil le dieron responsabilidades como el Fondo de Integración, trabajar con Sueco para Inmigrantes, y ayuda para establecimiento para recién llegados. Sólo cuando se supo lo que Emil pensaba del Islam (sobra decir que muy seguramente la mayoría de las personas para las que trabajaba eran justamente musulmanes) es que le cambiaron las tareas de trabajo, ni el sueldo le bajaron…