Archivos para octubre, 2013

– Y mirá… yo nunca he sido políticamente activa. Siempre me he mantenido al margen. Pero yo recuerdo que fue terrible. Aún sin yo estar metida en nada. Yo estaba en la facultad y al inicio llegaban diciendo: mirá si sabés que fulanito está desaparecido? Y resultaba siendo el conocido de algún conocido. Con el tiempo cada vez eran más cercanos. Y sabés quién está desaparecido? Y resultaba que era algún colega de la clase. Y a lo último, el amigo con el que yo estudiaba matemáticas, con el que me sentaba a tomar café desapareció también. Vivíamos en un estado de miedo.

Esto me lo cuenta Susana, profesora de matemáticas de la UBA, mientras va conduciendo por debajo de un puente, donde hay muchas cruces y lápidas a lado y lado del camino. Un monumento recordatorio de unas fosas que encontraron en el lugar. Y prosigue:

– Teníamos un profesor que era muy loco, un profesor de física. Y él de repente llegaba a la clase y nos decía: los sacan de sus casas, con operativos. Y después los tiran de los aviones al Río de la Plata. O al mar. Por eso están desaparecidos. Ya no los hallaremos más. Y uno estaba en ese momento pero no sabíamos nada de lo que estaba pasando. Lo que él nos decía nos parecía de ficción. Creíamos que estaba inventando porque era un loco. Pero después nos dimos cuenta de que era verdad. Era así como él decía, pero nos dimos cuenta mucho tiempo después.

Lo de los aviones es conocido hoy como los «vuelos de la muerte». A veces las voces de la gente del común parecieran ser realismo mágico. En tiempos de gobiernos totalitarios el estado de miedo en que se sumerge a la población es completado con mitos que sostienen la barbarie. Mitos como: estamos trabajando por el bién de la patria. Estamos actuando contra terroristas. Estamos protegiendo la ciudadanía. Estamos creando seguridad. Aquí no pasa nada.
Estos mitos resultan causar un estado de confusión en la población víctima del terrorismo de estado. Confusión y miedo son mecanismos eficientes para silenciar y/o poner en entredicho al que habla.

En la sociedad argentina fueron principalmente las mujeres, reunidas en las Madres de Plaza de Mayo, las que llevaron a cuestas la tarea de hacer a la sociedad conocer y recordar la verdad de las atrocidades cometidas durante la última dictadura militar.

Las políticas de memoria en Argentina son recientes. Sólo en la última década, con la subida al poder de Néstor Kirchner, los esfuerzos de las organizaciones de víctimas y familiares de desaparecidos rindieron fruto y el Estado emprendió el trabajo de levantar la tapa que hasta ese momento había querido ocultar lo evidente: que el pueblo argentino había sido objeto de una violencia desmedida y demencial y que aún vivían las consecuencias.

Con la Ley No. 961/2002 de la Ciudad de Buenos Aires, nace por ejemplo la creación del Instituto Espacio para la Memoria como un ente autárquico y autónomo cuya función  es: «El resguardo y transmisión de la memoria e historia de los hechos ocurridos durante el Terrorismo de estado, de los años 70 e inicios de los 80 hasta la recuperación del Estado de Derecho, así como los antecedentes, etapas posteriores y consecuencias, con el objeto de promover la profundización del sistema democrático, la consolidación de los derechos humanos y la prevalencia de los valores solidarios de la vida, la libertad y la dignidad humana». 

Anterior a esto, a través de la Ley 392 de 2000, aprobada por unanimidad en la Ciudad de Buenos Aires, se dispuso que la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) – que fué un espacio donde se torturó y despareció a aproximadamente 5000 argentinos y argentinas – con todos sus edificios debería ser destinada a la instalación del denominado «Museo de la Memoria».
Y el 24 de marzo de 2004, el presidente Néstor Kirchner ordenó desalojar las instituciones militares del lugar y restituirlo a la ciudad para la final creación del museo. Sólo hasta el año 2007 se concretó el desalojo.

Es de anotar, que durante el gobierno de Ménem, este presentó una propuesta de ley para derribar las instalaciones de la ESMA borrando así toda huella de este Centro de Detención, Tortura y Exterminio. Las protestas de los familiares de los detenidos-desparecidos no se hicieron esperar, pues argumentaban que esta medida estaba destinada a enterrar la memoria de lo ocurrido, a no dejar rastro del sufrimiento y las historias de dolor que pudieron contar los cerca de 200 sobrevivientes. Sus historias vendrían a entretejerse en ese realismo mágico argentino, a inscribirse en la categoría de lo inverosímil.
Es en esta época también, anterior a los Kirchner, que el discurso oficial hacía boga por una reconciliación y un seguir adelante. Para los familiares esto significaba olvido. Y centraban sus reclamos en el esclarecimiento de la verdad, sus causas, sus consecuencias y la obtención de justicia.

Después de concluído el desalojo de los militares en el 2007 – no sin antes estos tratar de borrar las huellas de los sitios de tortura que aún quedaba – es construído en este mismo sitio, no un «Museo de la Memoria», sino como los familiares lo quisieron llamar: «Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensas de los Derechos Humanos».  Ex-ESMA, agregan varios carteles.

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