Qué dice para tí «ropa de segunda»?
Hace poco le dije a mi mamá que la ropa que no se pusiera quizás me la podía dar a mí para llevarla a Colombia. «Mami, la otra vez yo mandé ropa para las reclusas políticas y las desplazadas» (todo era ropa de mujer). Mi mamá me respondió: » Ay no, Joanna. A mí me dá pena regalar la ropa usada».
– «Pero mami, si su ropa que no usa está en muy buen estado, yo entiendo que usted se haya cansado de los modelos, colores, moda etc, pero está en buen estado. Qué piensa hacer, botarla?»
Yo entiendo también que a mi mamá le dé pena dar su ropa usada. En Colombia no hay un mercado de cosas de segunda mano. Las cosas de segunda mano se ven como «cosas de pobres», como limosnas. Creo que es algo que está también muy en nuestra mente, en nuestra forma de ver el mundo, que lo que esté «nuevo» es lo mejor. Cuando yo era niña esperaba de verdad el estrén de navidad y del año nuevo, además porque era prácticamente las únicas oportunidades en que me compraban ropa nueva durante todo el año. El sueldo de profesor estatal de mi padre y el de contadora de una empresa de mi madre no alcanzaba para muchos estrenes durante el año. Uniformes, útiles escolares, matrículas y mensualidades etc venían primero.
Después en Suécia, mi primer abrigo fué de segunda mano. En ese momento ni soñar con uno nuevo.