Archivos para julio, 2014

Es mucho amor derramado

Publicado: 24 julio 2014 en Mundo

Es mucho amor derramado en las calles de Gaza.

Muchas horas de no-sueño tiradas por la borda. Muchas noches de no poder dormir porque el bebé necesitaba leche cada hora durante toda la noche. Es normal saben? Yo no dormí una sola noche seguida, por cuatro meses. Pero pueden llegar a ser dos años, según otras madres.

Es mucho amor derramado en las calles de Gaza.

Muchas horas dedicadas a la lactancia. Cuando el peso de la madre se desploma porque la criatura pareciera que no se pudiera saciar con la leche y todo este cuerpo femenino se concentra en producirla. Ya están los pechos llenos de nuevo? El bebé tiene hambre.

Es mucho amor corriendo de rojo por las calles de Gaza.

Muchos esfuerzos para limpiar las colitas de pequeñas personitas que aún no se limpian solas. Que hacen de cada cambiada de pañal, de cada orinada, de cada cagada… un juego.

Es demasiado corazón esparcido en pedazos en las calles de Gaza.

Muchos abrazos, muchos besos en mejillas más suaves que el algodón. Es posible algo más suave que la piel de un bebé?

Es mucho amor palestino derramado.

Muchas alegrías por la primera sonrisa, el primer paso, la primera palabra, el primer “mamá” en árabe. Las lágrimas que no caben en el cuerpo por el primer “te quiero mucho mamá”. En árabe.

Es mucho corazón destrozado en las calles de Palestina.

Muchas horas de verlos jugar y crecer, de ver que ya no sólo caminan sino que corren. Que ya hablan, que ya cuentan historias. En árabe. Que ya dicen lo que quieren y no hay que adivinar. Que ya duermen toda la noche. Que ya comen solos. Que ya hace tiempo que no amamantamos pero parece ayer que lo hicimos. Que ya van al baño solos. Que ya tienen amigos y amigas. Que ya saben nuestros nombres y no somos sólo “mamá”.

Es mucha sangre roja derramada.

Y cada niño o niña palestina captada en la cámara de un periodista con su mirada ida, perdida en la eternidad… es un puñal para cada corazón de madre. Cada una de nosotras que parimos, que solidarias sabemos, que pudo haber sido nuestro hijo. Pudo haber sido mi hija.

Que sabemos que es mucho amor derramado. Tanto que bién pueden venir por nosotras también.

Refugees... again - Flickr - Al Jazeera English" by Al Jazeera English - Refugees... again. Licensed under Creative Commons

Refugees… again – Flickr – Al Jazeera English» by Al Jazeera English – Refugees… again. Licensed under Creative Commons

Collecting memory and loss

Publicado: 11 julio 2014 en Antropología, Memoria

Este es un texto que escribí para un curso de verano que realicé en la Universidad de Estocolmo sobre Antropología y Museología, donde analizamos el coleccionar y exhibir como acciones significativas. The Anthropology of Collecting. Que también es pues un campo de estudio. (Creo que eso es lo que más me gusta de mi disciplina… no tiene fin. Toda área de la acción humana es sujeta a estudio).

La antropología y los museos han estado muy ligados desde inicios de la misma como una disciplina académica colonialista, donde los (sobre todo hombres) eran enviados por los poderes coloniales para estudiar a los pueblos colonizados. Al regresar, no muy rara vez volvían con muchos objetos de esas culturas; vasijas, tejidos, instrumentos etc, que después en Europa eran exhibidos para contemplar esos mundos desconocidos. Los objetos adquirían el rol de representar culturas enteras. Una máscara de algún pueblo africano se convertía para muchos espectadores, en un símbolo de el pueblo entero. Así mismo los objetos cambian de signficados durante el traslado de un lado a otro. Esa máscara ritual, usada en contextos específicos, se convertía en una pieza de museo y algunas veces en representante del «arte primitivo». Y esto de «primitivo» acompañó los objetos del nuevo mundo o del Sur (y aún lo hace en los imaginarios de los europeos sobre el mundo). En los museos antropológicos de inicios del S. XX estos objetos eran exhibidos en líneas del tiempo, que marcarían la fase de evolución en la que se encontraba cada pueblo respecto a Europa, que claro, representaba lo más evoluído. La civilización. De esta manera, los pueblos colonialistas europeos construían su propia identidad frente al otro, primitivo y colonizado. Los museos fueron pues artefactos importantes en la construcción de la identidad colectiva de los Estados-nación.

Los estudios antropológicos sobre las colecciones son hoy riquísimos y se extienden ya no sólo a mirar los museos antropológicos, sino también los museos de arte, las colecciones de estampillas, exhibiciones de todo tipo. El profesor Paul Van der Grijp, de la Universidad de Lyon, y quien estuvo a cargo del curso, estudia por ejemplo los coleccionistas de arte llamado «high art», es decir el arte caro, aquellos que van buscando Rembrandts y demás. Van der Grijp ha hecho por tanto trabajo etnográfico con estos coleccionistas que en su mayoría son hombres (en el top de los ricos más ricos, la gran mayoría son hombres). Algunos de sus libros son: Passion and Profit: Towards an Anthropology of Collecting y Art and Exoticism: An Antrhopology of the Yearning for Authenticity. 

Mi interés en hacer el curso, iba no entanto por otro lado. Los museos son también espacios de memoria. Son lugares donde almacenamos, clasificamos y ordenamos objetos que nos cuentan algo sobre cosas que pasaron. Y en este sentido, he analizado los espacios que las asociaciones de víctimas de desaparecidos han creado para rememorar a sus familiares. Las denominadas Galerías de la Memoria y espacios como el Museo de la Memoria en Trujillo (Valle) son ejemplos de estos espacios donde se exhiben objetos (muchas veces fotos) y que forman parte de una estrategia política y de organización contra el terrorismo y la violencia por parte del Estado.

Exposición de la galería de la memoria en Medellín

Exposición de la galería de la memoria en Medellín

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