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La leyenda dice que cuando los suecos/as tienen niños/as regresan a Suécia.

Y no es para menos. Suécia está hecha para los niños y niñas. Es una sociedad pensada en el hecho de que hombres y mujeres alguna vez en sus vidas quizás deciden ser padres y madres y que esto cambia una realidad, no sólo en la vida de aquellos que deciden engendrar sino también en la sociedad en general.

Por ejemplo:

1.- En primer lugar la regla es que los hombres y las mujeres que tengan hijos/as aquí, sea porque lo quieren. Por tanto el aborto es legal, seguro y gratuito. Ningún niño/a necesita nacer sin ser deseado/a.

2.- El cuidado prenatal es gratuito y subvencionado por el Estado. Todas las mujeres embarazadas tienen por tanto el derecho de asistir a sus controles médicos con parteras (sí, como lo leen, parteras – no ginecólogos hombres que se creen los mandamás y los que pueden decidir sobre las mujeres embarazadas, la cosa aquí es con parteras que siempre están chequeando que la mujer embarazada esté informada y de acuerdo con el procedimiento a seguir).

3.- En el parto es totalmente normal que esté el padre también. (No sólo los padres con medios económicos, sinó todos los padres.) Por supuesto, un parto, o una cesárea, no cuesta nada para la paciente.

4.- La maternidad y paternidad están incorporadas en la vida laboral. 480 días tienen el padre y la madre para estar con su bebé – eso quiere decir que los niños/as tendrán a su padre o a su madre en casa hasta que tengan por lo menos un año y medio. Padre o madre. Repito: padre o madre. Eso quiere decir que no sólo la mujer tiene derecho a estar en casa con su bebé, sinó también el padre. Mi jefe en mi trabajo anterior tomó 9 meses con su hijo en casa. Su esposa otros 9 meses.

5.- Estar con el bebé en casa no significa literalmente estar confinado a cuatro paredes. La ciudad está hecha para andar con coches. Rampas, zebras en las calles, parques, andenes amplios, cafeterias con espacio para los coches etc etc. Por tanto, son muchos los hombres y mujeres que una ve afuera paseando con coches, tomando café en las afueras de los cafés, en los parques de picknick. Grupos de padres o madres comadreando o compadreando…

6.- Guarderías estatales que cuestan muy poco, pues su actividad también es subvencionada. Listas para recibir a los niños y niñas cuando después del delicioso primer año y medio de vida con su padre y su madre, él y ella tienen que regresar de nuevo a laborar…

Por tanto, estas vacaciones en Suécia como madre primeriza me han dado nuevas razones para extrañar este país…

Ojalá nuestros niños y niñas en Colombia pudieran empezar sus vidas de una manera más amable. Con una sociedad que les dé la bienvenida. Estas también pueden ser ideas para invertir las regalías de una manera más eficaz…. no sólo en carreteras…

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La casa verde

Publicado: 16 junio 2011 en Medio Ambiente, Niñez, Suécia

Qué dice para tí «ropa de segunda»?

Hace poco le dije a mi mamá que la ropa que no se pusiera quizás me la podía dar a mí para llevarla a Colombia. «Mami, la otra vez yo mandé ropa para las reclusas políticas y las desplazadas» (todo era ropa de mujer). Mi mamá me respondió: » Ay no, Joanna. A mí me dá pena regalar la ropa usada».
– «Pero mami, si su ropa que no usa está en muy buen estado, yo entiendo que usted se haya cansado de los modelos, colores, moda etc, pero está en buen estado. Qué piensa hacer, botarla?»

Yo entiendo también que a mi mamá le dé pena dar su ropa usada. En Colombia no hay un mercado de cosas de segunda mano. Las cosas de segunda mano se ven como «cosas de pobres», como limosnas. Creo que es algo que está también muy en nuestra mente, en nuestra forma de ver el mundo, que lo que esté «nuevo» es lo mejor. Cuando yo era niña esperaba de verdad el estrén de navidad y del año nuevo, además porque era prácticamente las únicas oportunidades en que me compraban ropa nueva durante todo el año. El sueldo de profesor estatal de mi padre y el de contadora de una empresa de mi madre no alcanzaba para muchos estrenes durante el año. Uniformes, útiles escolares, matrículas y mensualidades etc venían primero.

Después en Suécia, mi primer abrigo fué de segunda mano. En ese momento ni soñar con uno nuevo.

Botanizando en la Casa Verde

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Las vacaciones

Publicado: 3 diciembre 2010 en Jóvenes, Niñez

Anoche llegó mi compañero con una cara larga. Parecía que le iba a llegar al suelo. Con un gesto de perrito regañado me dijo: «Hoy hablé con la señora que hace el aseo en mi trabajo y me dijo que su hija estaba de vacaciones. Y que la niña tiene que quedarse sola en la casa. 2 MESES!»

-«Bueno. Si. Y bueno, es que mucha gente no tiene plata para irse de vacaciones con sus hijos en este país», le dije.
-«Pues sí. Pero te imaginas? Esa niña de 13 años se queda sola en la casa viendo televisión todo el día!»- me contestó. «Me parece que este país es tan individualista! Cómo puede ser que los niños en sus vacaciones se tengan que quedar solos? Que no puedan salir a jugar, estar con otros niños».

Para entender su tristeza se debe entender de dónde viene él. En Suécia, donde nació y creció, se tienen también vacaciones largas entre los años lectivos, todo el verano. Dos meses. Pero dos meses no tienen los padres para estar de vacaciones. Sólo 5 semanas. Pagas. Esto suena como muy largas vacaciones para los trabajadores colombianos, que por ley tienen 15 días hábiles si tienen contrato. Pero como la mayoría no tienen contrato, pues las vacaciones vienen siendo más un lujo que un derecho.

Pero eso no es todo. Qué hacen los niños suecos cuando están de vacaciones de la escuela y sus padres ya no tienen más vacaciones para sacar? Pues bién, durante mucho tiempo han habido los «campamentos de verano» o sommarkoloni – si es que la derecha no lo ha quitado en varias comunas o restringido – según su ideología, el Estado no tiene por qué estar haciendo campamentos para niños-.

En estos campamentos de verano los niños se van a un lugar en la naturaleza y pasan ahí el tiempo con pedagogos, «líderes de tiempo libre» – que es una categoría profesional y otros adultos. Realizan actividades tipo scout, en algunos lugares hay botes para remar, juegan juegos de pelota, saltan, corren, cocinan juntos etc. En estos lugares se hacen nuevas amistades. Se aprenden cosas útiles en el juego, a respetar las reglas, a convivir con otros, a convivir en la naturaleza.

Cuando regresan a su casa, además tienen parques por montones para jugar sin el peligro de que se los lleve un carro, se van a quedar a la casa de sus amigos, y las guarderías abren mucho antes que las escuelas, normalmente sólo cierran entre 3 y 4 semanas. El hecho es que los niños tienen algo para hacer. Oportunidades para jugar bién sea en el campamento de verano, en la casa o en la guardería. Y tanto en los campamentos de verano como en las guarderías están vistos por adultos. Para los más grandecitos hay tanto el campamento de verano como los jardines juveniles en algunas comunas y barrios. Aunque muchos jardines juveniles han sido cerrados por las nuevas políticas suecas. En esos jardines habían psicólogos, trabajadores sociales o simplemente adultos jóvenes que escuchaban a los adolescentes y pasaban el tiempo juntos. Afortunadamente aún existen en algunas comunas.

Entonces, mi compañero no tiene experiencias de niños que tengan que quedarse solos en sus casas viendo televisión durante 2 largos meses. Y en su conversación con la señora empezó a sugerirle ideas: los amigos en el barrio? No, la señora trata de no tratar a sus vecinos por «seguridad«, vive en un barrio pobre y no sabe qué tipo de gente es la que vive en la cuadra. Además sus vecinas parecen ser muy dadas al chisme, por lo que ni ella ni la niña tienen amigos en el barrio. Los amigos del colegio?, también por «seguridad» la señora no deja a la niña ir a la casa de las amiguitas. Se tendría que ir sola en bus, regresar sola etc.

Tiene razón mi compañero. Somos un país tremendamente individualista. En eso nos hemos convertido. Cada uno resuelva su problema como pueda. La seguridad ante todo. Vivimos en condominios, nos encerramos, ni consideramos tener parques, porque para qué? parecen pensar. En tiempos de haber dizque mejorado la seguridad, hay mucha gente que no se atreve dejar salir a sus hijos a jugar con sus amigos en vacaciones. En plena seguridad democrática, nuestros hijos, los hijos de los pobres, no tienen seguridad. Sus padres prefieren dejarlos encerrados en la casa viendo televisión. Y qué van a ver en nuestra televisión? Las novelas de capos y muñecas de la mafia? O el reinado?

«Eso debería ser responsabilidad del estado! Cómo es posible que los niños tengan que estar solos en sus vacaciones viendo televisión?» Remata mi compañero. Pero al parecer, se nos olvidó resolver los problemas colectivamente.

Sí. Debería ser responsabilidad del estado. No de organizaciones de caridad que no dan a basto, y que lo hacen sí, por caridad. Pero esto no es una cuestión de caridad. Es de derechos. En los Derechos del Niño dice en el artículo 3 que «el interés del niño debe ser considerado primeramente (en todo aspecto; por ej. políticas públicas)» – las ciudades y municipios lo hacen? Si sabemos que el mercado de trabajo colombiano es tan inhumano como no permitir en la práctica vacaciones para mucha gente, porqué no pensamos en esos niños que se quedan solos? Porqué no se invierte en esto? Cuando tenemos problemas gravísimos de jóvenes que se enrolan o los obligan a enrolarse en los grupos armados ilegales, problemas de drogadicción, de pandillas, de embarazos prematuros, porqué los dejamos solos?
Se crea una semana libre en octubre dizque para apoyar el turismo, pero si la gente no tiene plata para viajar! Por el contrario se han presentado quejas de que les preocupa que los niños queden solos en la casa porque muchas empresas no les dan vacaciones a los adultos! O se los dan pero sin pago. Osea que la industria del turismo, por encima del interés primario de los niños!

Para muchos niños y jóvenes empezaron las vacaciones ahora. En el Valle cambiaron el calendario y ahora tendremos a nuestros niños y jóvenes en la casa todo diciembre y enero. Algunos en su casa. Y los otros? Algunos podrán viajar con sus padres. Y los otros? Algunos tienen niñeras. Y los otros? Algunos tienen abuelos, hermanos, tios. Y los otros?

Porqué el municipio de Cali no toma una inciativa e introduce campamentos de vacaciones? Gratuitos. Para todos los que quieran inscribirse. Contratar pedagogos que se pasen las vacaciones con los muchachos por ejemplo en el Lago Calima. O que organicen excursiones a nuestros lugares bonitos en el campo? Eso sería una mejor forma de reforzar la seguridad que endurecer las penas a los jóvenes infractores, como lo propone el gobierno Santos. Preferimos castigarlos individualmente que ayudarlos colectivamente.

Un niño en Suécia

Agua Blanca

Publicado: 30 septiembre 2010 en Niñez

«Conocés la Ciudad de Cali?» – me pregunta Leidy al otro lado del teléfono.
«No, la verdad es que no» – le contesto, pensando en la Ciudad de Cali y en la avenida Ciudad de Cali, a la cual ella se refería. No es muy fácil regresar a mi ciudad, está muy cambiada y muy crecida. La avenida Ciudad de Cali no había sido construida aún cuando me fuí de aquí.

Emprendo la descubierta. El chofer me dice: – «Esto es Alfonso López». Y yo no reconozco. Pienso que ahí vivieron mis papás cuando eran muy jóvenes, que incluso creo que viví ahí cuando era bebé. Después me dice: – «Y eso que ves allá es Andrés Sanín».
Ah! Ese sí lo recuerdo mejor, pero tampoco lo reconozco. Recuerdo que ahí quedaba mi escuela de primaria, que me iba caminando por largas jornadas cuando era niña y que después aprendí a coger el bus. Ahí también queda el parque donde mi papá y mis tios jugaban basketball. Recuerdo el parque.

Entramos a Agua Blanca. El distrito. Aquél que albergó la gente que llegaba del campo o pueblos a buscar mejor fortuna en Cali. Que se convirtió en barrio de pobres. De invasiones. Sí, lo recuerdo porque viví ahí y ahí tuve mis primeras amistades, que aún conservo. Ahora casi todo está pavimentado. Algo positivo!

-«Yo salgo y te espero en la panadería»  me dice Leidy. Una muchacha desplazada de 18 años de edad que se vino con su familia huyéndole a la violencia en Barbacoas, Nariño y llegó a Agua Blanca hace 4 años. Una morena guapísima con una sonrisa hermosa me espera como acordado en la panadería y después me lleva a la guardería que ella misma montó con su amiga Jenny para niños del sector. La mayoría desplazados.
-«Pero también hay población vulnerable» – me dice y percibo que Leidy aún siendo desplazada no se ve a sí misma como vulnerable, es una muchacha fuerte, me voy dando cuenta a medida que las horas pasan.

Leidy y Jenny cuidan diariamente a unos 25 niños. Ayer habían 18. Dos bebés, Valentina de 6 meses y Lucero de 1 año, duermen en una colchoneta cubierta con una sábana. Es casi medio día y el sol caleño arde con todo su furor. Yo empiezo a quitarme el sudor de la frente con un papel cuando los otros 16 niños se sientan en sus sillas y siguiendo las instrucciones de Leidy gritan al unísono: «Buenos días!». De inmediato recuerdo cuando siendo una niña con sueños de ser maestra, reunía a mis amiguitos de la cuadra para enseñarles, como yo decía. Ahora estoy de nuevo, muy cerca de ese lugar de mi niñez, con una nueva generación.

Y esta nueva generación no está mejor que la de hace ya poco más de 20 años. Los niños con los cuales compartí mi día ayer son hijos de desplazados del suroccidente del país. «Muchos llegan sin desayunar y decime vos qué hacemos nojotras?» – Me dice Leidy. Los niños tienen ropas sencillas «que a veces usan dos y hasta tres veces seguido»  y algunos están descalzos, otros con flipflops que ya se les van a dañar. La regla del lugar es que sólo se admiten niños de 5 años para abajo. Pero aquí hay cinco niños que ya pasaron la edad. David, de 10 años y su hermana Daniella de 8 años vienen todos los días. No van a la escuela regular porque su madre anda huyendo de un esposo agresor y no ha encontrado estabilidad.

Leidy y Jenny no reciben sueldo, este es un proyecto que hicieron juntas porque les dolía ver a los niños del sector «tan mal, desnutridos, sin quién los cuidara» – dice Leidy y que los padres tuvieran que dejarlos solos cuando iban a trabajar. Otros niños iban a Hogares de Bienestar Familiar que ya estaban colmados. Por eso le pidieron a una iglesia del sector que les prestara un local para poner una guardería. 10 000 pesos paga cada niño por mes y con eso tratan de hacer malabares para darles almuerzo y merienda. El desayuno no está incluido pero tratan de conseguirlo regalado en las panaderías para los niños que llegan sin desayunar. En realidad lo mismo es para el almuerzo y la merienda, piden en las tiendas «pero como usted sabe, la gente dá una, dos, tres veces.. pero se va cansando» me dice Jenny.  Ellas mismas preparan la comida en su propia casa, a 9 cuadras de la guardería. Los lápices y los cuadernos para enseñarles el alfabeto antes de que empiecen a estudiar, también se lo consiguen de la misma forma, pidiendo. Hasta ahora ni Bienestar Familiar ni la alcaldía les ha ayudado con su proyecto. Ya llevan 4 meses con esta actividad y no saben por cuanto tiempo más se podrán mantener sin apoyo.

Otra de las reglas del lugar que tampoco se cumple es que el horario es de 8:00 am a 5:00 pm. Pero muy a menudo les toca a una de las dos quedarse hasta las 7:00 u 8:00 pm, cuando recogen el último niño.

Leidy me dice con orgullo que ahí hay niños que salieron de la malnutrición. «Si vos vas por allá por La Paz, vos ves niños con la piel reseca, que se les levanta casi, porque están muy malnutridos», me cuenta.

Pienso que no sé donde queda La Paz y tampoco lo había escuchado. Y recuerdo cuando le contesté a un amigo canadiense que en marzo me preguntó en Bogotá, camino a Soacha, que para mí qué era la paz. Yo le contesté que la paz para mí será cierta en Colombia cuando cada niño colombiano que llegue al mundo, sin importar quienes son sus padres o que apellido tengan, llegue a una sociedad que lo ponga en primer plano, que le garantice que va a estar bién alimentado, que vá a recibir educación, cuidado de adultos responsables, un techo y le dé todas las garantías para su desarrollo personal, tanto física como emocionalmente. Los niños de La Paz de Agua Blanca son para mí la razón más fuerte por la que hay violencia en este país, qué futuro le damos a esos niños? Qué castigo les vamos a dar cuando se rebelen contra nuestra sociedad? Con qué cara les podremos pedir que nos dejen vivir en paz?

Jenny y Leidy tenían una cita en la alcaldía hoy y estoy cruzando los dedos.

Katherine

Leidy y Jenny reparten el almuerzo

Jugando a la torre

La bandera de Colombia recién lavada

Jugando al pájaro picó picó