La ley 1448 del 2011, generalmente referida como la Ley de Víctimas, le dió al país un marco para que trabajara aquello de la memoria. Con museos (art 146), homenajes a las víctimas, búsqueda de la verdad (no muy bién definida), y días como este, que en el artículo 142 dice que debe ser el Dia Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas.
Eso en el 2011. En el 2015, este 9 de abril particular se ha tornado además como día de apoyo al proceso de paz y por el cese bilateral. En twitter fueron tendencia los hashtags #MeMuevoPorLaPaz y #ParaMiLaPazEs , y la polarización con los que siguen promoviendo la via militar vuelve al ruedo de las redes sociales.
Justo días antes de este 9 de abril se realizó en Bogotá la Cumbre de Arte y Cultura donde el tema de la paz saca de las casillas (por ej. a Fernando Vallejo, pero eso ya es común en él), inspira, aburre ya, o dá nuevas perspectivas. Cada quien desde su orilla, que son más que dos.
Todas estas divergencias son sanas. Y positivo es que poco a poco los que argumentan que la via militar es la salida van siendo relegados a la esquina del extremismo fascistoide, que de hecho los define. Cada vez son más los que opinan que el proceso de paz con las FARC debe llegar a la firma, a la refrendación o constituyente, a la implementación de los acuerdos. Que el ELN también debe poder dialogar sus diferencias con el gobierno. Que por fin las armas no sean el instrumento de diálogo sino que podamos argumentar, disentir, escribir, pensar sin miedo. A participar de la vida política y social y defender nuestros intereses con la fuerza del pensamiento, las ideas, la palabra y la organización.