Los resultados a hoy lunes 15 de abril de las elecciones en Venezuela son los siguientes: Maduro 7.573.747 votos, lo que equivale al 50,75% de la votación. Capriles obtuvo 7.298.491, lo que equivale al 48,97% . Maduro entonces ganó por 275.256 votos, es decir amplió la distancia de 234.000 y pico de votos de diferencia que le daban ayer domingo. La diferencia en porcentaje quedó en 1,78%.
Nicolás Maduro ganó.
Ahora mis reflexiones sobre este triunfo:
1.- Es un triunfo? Ayer la respetadísima analista política colombiana Claudia López decía que en realidad Maduro perdió. En su tweet de comentario a las elecciones, basado en los informes del CNE del domingo decía: «Capriles obtuvo cerca d 800.000 votos más q con Chávez, mientras Maduro perdió cerca d 500.000 votos. Perdió el chavismo. Ganó la oposición».
López pone este triunfo en otra óptica, en realidad, la ganancia de votos de facto de Henrique Capriles en estas elecciones respecto a las de octubre, merece que se piense en él como un ganador. Y en la oposición como ganadora. 800.000 votos más serían el respaldo.
Parecería lógico pensar así. Y puede que tenga razón Claudia López y demás analistas que expresaron opiniones parecidas. También lo llegué a pensar.
Ya con la cordura que dá el día después, pienso que no es tan fácil sacar esa conclusión. El cálculo matemático frío nos dice que en efecto hubo más votos para Capriles esta vez que en octubre pasado. Sin embargo, el análisis de contexto nos dice que estas elecciones fueron las primeras sin el líder máximo del chavismo y del proyecto bolivariano. Nicolás Maduro, se mostró en la campaña bastante «viche» por así decirlo, para tomar el rol de líder. Su oratoria es mala, la forma en que condujo la campaña fué a mi parecer demasiado emotiva más que programática, tratando de apoyarse en la imágen del líder muerto – lo cual para algunos analistas debía ser lo más lógico y era lo que muchos se esperaban de él para rendirle votos. Yo considero que esa no fué la mejor estrategia, puesto que evidentemente, Maduro no puede reemplazar el carisma de Chávez y su elocuacidad. Debió llevar a cabo una campaña más ideológica, haciendo énfasis en que aún cuando las ideas del líder continuarían, con él se iniciaba una nueva fase de construcción del socialismo bolivariano. Haciendo más énfasis en su programa de gobierno a futuro, obviamente siempre recalcando en que la ideología del socialismo bolivariano marcaría el camino. La idea es que, Maduro no puede reemplazar a Chávez y eso lo entienden los venezolanos.
Esa estrategia de emotividad en campaña subvaloró a los venezolanos/as y mostró un Maduro que no daba la talla. De ahí que la votación no le diera una holgada diferencia.
Sin embargo, yo me temí una diferencia aún menor por esa mediocridad en campaña. El hecho de que Maduro hubiese ganado con más de la mitad de los votos, lo cual en sistemas electorales con doble vuelta le hubiera dado la presidencia en primera vuelta, dá cuenta de que el Chavismo sobrevive sin su líder, aún teniendo un mal orador, un candidato «viche» al frente. Se imaginan un Maduro con elocuacidad cuánta diferencia le hubiese sacado a Capriles?
Maduro ganó a punta de pura creencia en un nuevo sistema, en un nuevo paradigma post-capitalista. Y de que ese sistema sobrevive al gran líder. No es poca cosa. El chavismo ganó.
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