Niño o niña?

Publicado: 24 julio 2011 en Mujeres

La pregunta del millón. Desde que se me nota el embarazo la gente pregunta si es niño o niña.  La señora que atiende  en La 14 me dice: «Y si no sabe, cómo le va a comprar ropita?!», casi que estupefacta por el hecho de una madre no querer saber el sexo de su bebé. Y mi ginecólogo en Colombia casi se va de para atrás cuando le dije que no me dijera el sexo:
«Pero cómo le vas a hacer la estimulación temprana?» me preguntó.
«Pues yo ya le leo, le hablo, le canto. Qué más estimulación? Y no importa si es niño o niña, haría lo mismo» le dije.
«Pero y el nombre? Eso también es muy importante»
– «Pues lo del nombre ya veremos»

Desde que me enteré que estoy esperando bebé tomé la decisión de no querer saber su sexo. Al inicio porque pensaba, y aún pienso, que es parte del embarazo esperar una sorpresa. Es una nueva personita que viene a nuestras vidas y será todo un placer aprender a conocernos. Y además porque la verdad: no me interesa. Qué diferencia tiene que sea un niño o una niña? Por lo menos en mi forma de pensar no le hago la diferencia. No influirá en nuestra forma de educar. Lo importante es que con toda seguridad – y algo de suerte- será un ser humano. Y además un ser humano sano. Con eso nos basta y nos sobra. Estaré agradecida con la naturaleza, con mi cuerpo, con el cosmos de poder tener a un bebé humano sano.

Pero durante mi embarazo he sentido de una forma más radical la forma en que nuestros niños y niñas son distanciados en sus roles en la vida aún desde el vientre de sus madres. Primero por algo tan aparentemente inocente como la ropa. Los almacenes hacen una marcada diferencia entre la ropita de un bebé femenino y uno masculino. Lo azúl y lo rosado. El vestidito y pantalonsito.

A la niña en hospitales colombianos hasta les abren los agujeros para los aretes ahí mismo. Hace dos semanas cuando me disponía a recibir mi vacuna contra el tétano, llegó una mujer diciendo que acababa de nacer su sobrina y quería saber cuánto costaba hacerle los huecos en las orejas. «Cuando madre e hija sean dadas de alta, pueden bajar aquí que aquí se los hacemos. Cuesta 60.000 pesos» – le contestó la funcionaria.

En el mismo cuarto había una bebé esperando ser vacunada, y llorando, no tanto por la vacuna, sino por la balaca en la cabeza que le incomodaba. Porqué esa insistencia en abrirles huecos a las bebés y ponerles balacas y vestidos rosados? Porqué esa insistencia en hacerles la vida más difícil y más incómoda a las bebés desde chiquitas, si de todas formas ya vendrá la hora en que la sociedad les dirá que «deben» ponerse brasier y andar con tacones y minifaldas, mientras los varones irán por la vida con su ropa cómoda, apta para correr, subirse a los árboles, manejar moto tranquilamente y abrirse de piernas en los asientos de los buses mientras la mujer al lado las cruza y trata de hacerse chiquita como para no ocupar tanto espacio?

Qué queremos con estas diferenciaciones a tan temprana edad? Que de una vez quede claro para el mundo y el bebé qué espacio es el que va a ocupar en la sociedad? El mundo de los hombres patiabiertos y ocupando el máximo espacio posible en la sociedad, creyéndose los muy importantes y los muy competentes o el  mundo de mujeres, piernicruzadas, tratando de no ocupar mucho espacio en la sociedad, con ropa incómoda, trantando de ser sexys y calladitas que así se ven más bonitas?

Como madre ya desde el vientre estoy visualizando que deseo que mi bebé, sea niño o niña, se sienta cómodo/a desde el inicio – en amarillo, rojo, blanco, rosado o azul – acaso no le puedo comprar azul para la niña y rosado para el niño? o mejor saco de circulación ambos colores? Y que a medida que vaya creciendo tenga ropa en la que se pueda mover, correr, saltar, brincar, subirse a los árboles, jugar fútbol, llegar sucio/a de la calle, tener amiguitos y amiguitas, ser una criança – un infante. La palabra portuguesa criança [crianza]  no denota sexo, puede ser niño o niña y me parece una palabra bella y descomplicada ajustada para esa edad donde no deberíamos hacer diferencias entre ellos y ellas.

Y por último tendré que agradecerle a mi padre infinitamente que muchas veces pelió con mi madre para que no me comprara vestidos, y sí mejor tenis, sudaderas, shorts, camisetas, pantalones y me impulsó a tener amigos varones para ir a jugar fútbol y baloncesto, me compraba bicicletas y balones en vez de juegos de cocina. Creo que a su educación le debo mi amor por el deporte y mi visión en el mundo como que soy y valgo igual a lo que un hombre y hacerme respetar como tal, ante todo como un ser humano, que es lo que soy antes de ser mujer.

Niño o niña?

Deja un comentario